Cuento Segunda Persona - Final Abierto - La Decisión
La Decisión
Estás en el andén de la estación, escuchando el retumbar de los trenes en la distancia. No es tan tarde, pero la oscuridad del invierno ya se ha instalado, y el aire gélido te hace encogerte un poco más en tu abrigo. La gente pasa a tu alrededor, indiferente, sus rostros perdidos en sus propios pensamientos, pero tú esperas. Miras el reloj y sabes que debería estar llegando. Siempre eres puntual, y sabes que él también lo es.
Piensas en la última vez que lo viste, en las palabras que quedaron suspendidas en el aire, en lo que no se dijeron y en lo que fue innecesario decir. Fue un adiós. O al menos eso quisiste creer en aquel momento, cuando el orgullo era más fuerte que el deseo. Pero ahora que estás aquí, esperando, sientes cómo una mezcla de ansiedad y expectativa se agita en tu pecho.
Finalmente, escuchas el sonido de pasos que reconoces al instante. Alzas la vista y ahí está, caminando hacia ti. No hay sonrisa en su rostro, pero tampoco hay frialdad; solo una expresión indescifrable que te inquieta y, al mismo tiempo, te tranquiliza. Se detiene a pocos pasos de ti, y el silencio entre ustedes es pesado, como si las palabras que deberían decirse fueran demasiado densas para romperlo. Tomas aire, sintiendo el frío arder en tus pulmones, y tratas de decir algo, cualquier cosa, pero te das cuenta de que las palabras no alcanzan. Él parece entenderlo y, en un movimiento inesperado, extiende una mano hacia ti, invitándote a acercarte.
"¿Es ahora o nunca, verdad?", te dice con una voz suave, apenas un susurro.
Y ahí estás, con el corazón latiendo tan fuerte que apenas puedes escuchar los sonidos de la estación. Tienes la opción de tomar su mano, de intentar una vez más, de dejar atrás el pasado. O podrías retroceder, darle una última mirada y alejarte, dejando que este encuentro quede como otro recuerdo perdido en el tiempo.
La decisión es tuya.
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